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lunes, 22 de diciembre de 2014

📢"Voz que Clama en El Desierto"💬🙏👣 Nro. 2.

M.C.S.L. SAN BENITO ABAD.
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📢"Voz que Clama en 
       El Desierto"💬🙏👣
Nro. 2.
Fecha: 22/12/2014.

(II Parte)

--¿Nos conoce Jesús?--
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   --¿Lo conocemos?--

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‪¿quién es el verdadero Sol Invicto? Cristo es verdadera Luz que ilumina todo y hace retroceder a las tinieblas, de una vez y para siempre. Pero este retroceder no es como nosotros pensamos muchas veces, un aniquilar las tinieblas, más bien es una transformación. En efecto, podemos descubrir textos bíblicos que nos hablan de la ineficacia  de la Luz: Jn 3, 19-20; Jn 9, 39 ss; Jn 12, 35; Jn 13, 30; Lc 22, 53; Mt 27, 45. Pero aún en  esta aparente ineficacia lo cierto es que todas las cosas se hacen visibles cuando son expuestas por la luz, pues todo lo que se hace visible es luz (Ef 5, 13). ¡La oscuridad iluminada por Jesús es convertida en luz por el mismo Jesús! Jesús nos conoce desde dentro, trayendo a nuestra existencia la Luz, que es Él mismo, y transformándonos, no desde fuera, no como un desdecir nuestra vida, sino desde dentro, desde lo más profundo de nosotros mismos, desde nuestras profundidades más oscuras. 

Aún más, Jesús nos conoce perdonándonos. Cuando nuestra realidad se pone al descubierto ante Jesús, en la misma dinámica de nuestro corazón llorando de amor y vergüenza ante nuestro Bienamado, dejándonos iluminar por la Luz del Amor que proviene de Jesús, sin ofrecer ninguna resistencia, lavando sus pies con nuestras lágrimas, secándolo con nuestros cabellos esparciendo el suave aroma del nardo, somos reconocidos por Jesús y perdonados. Pero si nos resistimos a la Luz del Señor, si no somos más que unos fariseos, correctos pero fríos, sin la más mínima compasión, si somos frontera para el amor de Jesús, si en nosotros no se producen las nupcias con el Esposo: a quien poco se le perdona, poco ama (Lc 7, 47), que y cuanto podremos ofrecer?

El conocimiento que tiene Jesús de nosotros viene desde la tentación. En efecto, en la kénosis divina (vaciarse-quitarse de si mismo); Jesús ha sido sumergido hasta el cuello en nuestra realidad pecadora, en efecto, dice el Apóstol: Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El. (2 Cor 5, 21). Jesús sabe por experiencia lo atractivo que resulta el otro camino, el que no es el camino de Dios. Sabe lo que significa pender de un hilo sobre el abismo. Jesús conoce la finalidad de su misión… ¡la reconciliación del mundo con Dios!, para ello ha de ser obediente al Espíritu Santo. Pero… ¿no habría mejores caminos para llegar a la meta? ¿Más rápidos? ¿Más eficaces? Estos caminos le son presentados, por el tentador en el desierto, de manera bastante atractiva, muy atractiva

       ...(Continuara)...

             👣👣👣

 Por: Pbro: Victor Tarazona

lunes, 15 de diciembre de 2014

"Voz que Clama en el Desierto" Nro. 1.

M.C.S.L. SAN BENITO ABAD.
"Voz que Clama en el Desierto" Nro. 1.
Fecha: 15/12/2014.
(I parte)💬💬💬🙏🙏🙏👣👣👣.  
--------¿Nos conoce Jesús?------------
______¿Lo conocemos?________
"No hay que darle más vueltas: sólo quien está convencido de ser conocido personalmente por Jesús, logra acceder al conocimiento de él; y únicamente quien tiene la seguridad de conocerle tal cual es, se sabe también conocido por él".
Señor, tú lo sabes todo (Jn 21, 17). Cuando nos vemos como discípulos, delante del Señor no podemos menos que exclamar, como Pedro, Señor, tú lo sabes todo. Esta afirmación es la maravilla de descubrir cuanto el Señor nos conoce, y su conocimiento no es superficial, sino que es profundo; en efecto, Jesús conoce nuestros pensamientos (Mc 2, 8; Mt 9, 4; Mt 12, 25; Lc 5, 22; Lc 6, 6ss; Lc 9, 46; Lc 11, 17) y nos deja desnudos ante ello. Jesús reconoce, a la luz de Dios, la caída en la culpa y la necesidad de redención de nosotros los seres humanos. Jesús nos conoce desde dentro, compartiendo en todo nuestra realidad humana, menos en el pecado. Las tentaciones de Jesús en el desierto, no son un mero relato edificante ni siquiera una invitación a nosotros para superar las tentaciones cotidianas; son, en primer lugar, la verdadera prueba de la fe de Jesús, y sin ningún tipo de ventajismo, tal cual nosotros somos probados en la confianza, Él ha sido probado, tal cual hemos estado delante del tentador y del mal en persona, Él lo ha estado.
Lo que viene a la luz, es luz. La luz, que es Cristo, resplandece en las tinieblas, pero éstas no la recibieron (Cf. Jn 1, 5). El que Jesús nos conozca, desde dentro, no significa que no mostremos resistencia, muchas cosas oscuras hay en nosotros que se resisten a salir a la luz. Podemos, resistirnos a salir a la luz, podemos condenarnos a nosotros mismos a vivir en las tinieblas, al no salir de nuestras cavernas, para no enfrentarnos a la Luz, que es Cristo. Porque, ante la Luz, las tinieblas retroceden. En estos días, en el hemisferio norte, ocurrirá un fenómeno, conocerán la noche más larga, pareciera que las tinieblas, le ha ganado a la Luz. Mas luego, el sol comenzará a brillar con mayor fuerza, saldrá el sol invicto, el inicio del retroceso de la noche, de las tinieblas… ¿quién es el verdadero Sol Invicto? Cristo es verdadera Luz que ilumina todo y hace retroceder a las tinieblas, de una vez y para siempre. ... (Continuara)...
Por: Pbro: Victor Tarazona

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Medalla De San Benito Abad



Medalla De San Benito Abad


Descargar material aquí

San Benito nació de familia rica en Nursia, región de Umbría, Italia, en el año 480. Su hermana gemela, Escolástica, también alcanzó la santidad.

Después de haber recibido en Roma una adecuada formación, estudiando la retórica y la filosofía.

Se retiró de la ciudad a Enfide (la actual Affile), para dedicarse al estudio y practicar una vida de rigurosa disciplina ascética. No satisfecho de esa relativa soledad, a los 20 años se fue al monte Subiaco bajo la guía de un ermitaño y viviendo en una cueva.

Tres años después se fue con los monjes de Vicovaro. No duró allí mucho ya que lo eligieron prior pero después trataron de envenenarlo por la disciplina que les exigía.

Con un grupo de jóvenes, entre ellos Plácido y Mauro, fundo su primer monasterio en la montaña de Cassino en 529 y escribió la Regla, cuya difusión le valió el título de patriarca del monaquismo occidental. Fundó numerosos monasterios, centros de formación y cultura capaces de propagar la fe en tiempos de crisis. Vida de oración disciplina y trabajo.

Se levantaba a las dos de la madrugada a rezar los salmos. Pasaba horas rezando y meditando. Hacia también horas de trabajo manual, imitando a Jesucristo. Veía el trabajo como algo honroso. Su dieta era vegetariana y ayunaba diariamente, sin comer nada hasta la tarde. Recibía a muchos para dirección espiritual. Algunas veces acudía a los pueblos con sus monjes a predicar. Era famoso por su trato amable con todos.

Su gran amor y su fuerza fueron la Santa Cruz con la que hizo muchos milagros. Fue un poderoso exorcista. Este don para someter a los espíritus malignos lo ejerció utilizando como sacramental la famosa Cruz de San Benito.

San Benito predijo el día de su propia muerte, que ocurrió el 21 de marzo del 547, pocos días después de la muerte de su hermana, santa Escolástica. Desde finales del siglo VIII muchos lugares comenzaron a celebrar su fiesta el 11 de julio.

La Medalla de San Benito es un sacramental muy poderoso difundido entre los fieles católicos. Presenta de un lado la imagen de San Benito Abad y del otro la Cruz.


La vida de San Benito escrita por San Gregorio Magno, el santo abad muestra una especial devoción hacia la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, signo de nuestra salvación. En uno de los milagros narrados por su biógrafo, un vaso que contenía veneno se quiebra cuando San Benito hace la señal de la cruz sobre él. En otra oportunidad, uno de sus discípulos fue perturbado por el maligno, y el santo le manda hacer la señal de la cruz sobre su corazón para verse librado. En su Regla de los monjes, San Benito indica que cuando un monje iletrado presenta su carta de profesión monástica ante el altar, debe usar como firma una cruz. Estos y otros indicios invitaban a los discípulos del abad San Benito a considerar la Cruz como una señal bienhechora que simboliza la pasión salvadora de Cristo, por la cual fue vencido el poder del mal y de la muerte.

Las investigaciones históricas sobre el origen de la Cruz-Medalla de San Benito han determinado que su difusión comenzó probablemente en la región de Baviera hacia el año 1647. En esa región, durante el proceso judicial seguido a unas hechiceras, éstas declararon que no habían podido dañar a la cercana Abadía de Metten, porque estaba protegida por el signo de la Santa Cruz. En dicho monasterio se hallaron pinturas con representaciones de la Cruz junto a las iniciales que acompañan a la Medalla. Pero las misteriosas letras no pudieron ser interpretadas hasta que en un manuscrito de la biblioteca se encontró la imagen de San Benito y la oración compuesta por las iniciales. En realidad, un manuscrito del siglo XIV procedente de Austria, que aún se conserva, parece haber sido el origen de la imagen y de la oración.

En el siglo XVII un importante autor la tuvo por supersticiosa, debido justamente a los enigmáticos caracteres que acompañan a la imagen. Pero, en el año 1742 el Papa Benedicto XIV decidió aprobar el uso de la Cruz-Medalla de San Benito, y mandó que la oración usada para bendecirla se incorporase al Ritual Romano.

En el siglo XIX se dió un renovado fervor por la Medalla de San Benito. En los trabajos escritos de Dom Prosper Guéranger, abad de Solesmes, y de Dom Zelli Iacobuzzi, de la Abadía de San Pablo Extramuros (Roma), se estudia detenidamente el origen y la historia de la medalla. Desde este último monasterio, verdadero foco de irradiación benedictina en aquella época, se difundió también la devoción a la Medalla. La representación más popular de la misma es la llamada “medalla del jubileo”, diseñada en la Abadía de Beuron (Alemania), y acuñada especialmente para el Jubileo benedictino del año 1880, conmemoración del XIV centenario del nacimiento de San Benito. Los superiores benedictinos de todo el mundo se reunieron para aquella ocasión en la Abadía de Montecasino, y desde allí la Medalla se diseminó por todo el mundo.


En el anverso de la medalla muestra a San Benito, de pie sosteniendo una cruz en una mano y el libro de su Regla en la otra. A cada lado están las palabras:


Crux S. Patris Benedicti

La Cruz del santo padre Benito  (Abajo, a sus pies, están las palabras:

Ex S. M. Casino MDCCCLXXX
Del Santo Monte Casino, 1880.  (Inscrito en el círculo que rodea la imagen
de San Benito, están las palabras:


Eius in obitu nostro præsentia muniamur

Que su presencia [la de la cruz] nos proteja a la hora de la muerte.

En el reverso de la medalla. El significado de las iniciales es el siguiente:


C.S.P.B.

Crux Sancti Patris Benedicti.
Cruz del Santo Padre Benito.

C.S.S.M.L.

Crux Sancta Sit Mihi Lux.

La Cruz Santa sea mi luz.


N.D.S.M.D.

Non Draco Sit Mihi Dux.
No sea el dragón [demonio] mi duque [guía].


V.R.S.

Vade Retro Satana!

¡Apártate de mí, Satanás!


N.S.M.V.
Numquam Suade Mihi Vana.
Nunca me persuadirás cosas vanas.


S.M.Q.L.
Sunt Mala Quae Libas.
Las bebidas que tú ofreces son malas.


I.V.B.
Ipse Venena Bibas.
Bébete el veneno tú mismo.




Cruz del Santo Padre Benito
La Santa Cruz sea mi luz,     
no sea el demonio mi guía.

¡Apártate de Mí, Satanás!
no sugieras cosas vanas,
maldad es lo que brindas,
bébete tú mismo el veneno.







Regla de San Benito

viernes, 14 de noviembre de 2014

CORONILLA DE SAN BENITO ABAD




CORONILLA DE SAN BENITO ABAD

La Corona de San Benito es muy fácil de rezar. Se comienza rezando el Credo, seguido por tres cortas jaculatorias tomadas de la Medalla de San Benito. Cada jaculatoria se dice tres veces y al final se acompaña de un Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Se finaliza con una oración, unas letanías a San Benito y otra oración final de intercesión y de petición de una gracia o favor.

Credo

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Jaculatorias de la Medalla de San Benito

¡Que la Santa Cruz sea mi Luz,
y que el demonio no sea mi guía! [Tres veces]

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

¡Retrocede, Satanás,
no me persuadirás de cosas vanas! [Tres veces]

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

Lo que me presentes, será inútil…

¡bebe tú mismo de tu propio veneno! [Tres veces]

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

Oración

Padre Eterno, en unión con tu Divino Hijo y el Espíritu Santo, y a través del Inmaculado Corazón de María, yo te suplico que destruyas el poder de tus más grandes enemigos: los espíritus malignos. Arrójalos a lo más profundo del infierno y déjalos ahí por toda la eternidad.

Oh! Padre Eterno, concédenos el Reino del Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Yo repetiré esta oración por puro amor, con cada latido de mi corazón y en cada uno de mis suspiros. Amén.

Rezar una Salve.

Letanías de San Benito:
Señor Ten piedad……Señor Ten piedad.
Cristo Ten piedad……Cristo Ten piedad.
Señor Ten piedad……Señor Ten piedad.
Cristo, Ten piedad……Cristo Ten piedad.
Cristo escúchanos……Cristo escúchanos.
Padre del Cielo Dios……Ten piedad de nosotros
Hijo Redentor del mundo……Ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo Dios……Ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad Único Dios……Ten piedad de nosotros.
Santa María ……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Gloria de los Patriarcas……Ruega por nosotros.
Cumplidor de su Santa Regla……Ruega por nosotros.
Retrato de todas las virtudes……Ruega por nosotros.
Ejemplo de perfección……Ruega por nosotros.
Perla de santidad……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Sol que reluce en la Iglesia de Cristo……Ruega por nosotros.
Estrella que reluce en la Casa de Dios……Ruega por nosotros.
Inspirador de muchos santos……Ruega por nosotros.
Serafín de fuego……Ruega por nosotros.
Querubín transformado……Ruega por nosotros.
Autor de cosas maravillosas……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Dominador de los demonios……Ruega por nosotros.
Modelo de monjes……Ruega por nosotros.
Erradicador de ídolos……Ruega por nosotros.
Honor de los confesores de la fe……Ruega por nosotros.
Consolador de las almas……Ruega por nosotros.
Ayuda en las tribulaciones……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor!.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, satisfácenos Señor!.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros Señor!

Oración de petición

Te saludamos con filial afecto, Oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.

Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las acechanzas del demonio, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos 

(Coloca aqui tu intención).

Oh! Padre Eterno, te suplico que destruyas el poder de tus más grandes enemigos: los espíritus malignos. Arrójalos a lo más profundo del infierno y déjalos ahí para siempre. Amén.


Descarga aqui la Coronilla de San Benito

martes, 11 de noviembre de 2014

ORACIÓN PARA CONFIARSE A SAN BENITO


¡Oh, Santo Padre Benito, 
que ayudas a cuantos acudimos a ti! 
Acógeme bajo tu protección; 
defiéndeme de todo mal que aceche mi vida; 
obtenme la gracia del arrepentimiento de mi corazón 
y una verdadera conversión para reparar las culpas cometidas, 
y para alabar y glorificar a Dios 
todos los días de mi vida. 

Hombre con corazón como el de Dios, 
recuérdame allá en lo alto porque, 
perdonados mis pecados, 
me devuelves la estabilidad en el bien; 
no permitas que me separe de él, 
acógeme en el coro de los bienaventurados, 
junto a ti y al grupo de los santos que han ido 
detrás tuyo hacia la eterna beatitud. 

Dios omnipotente y eterno, por los méritos 
y el ejemplo de San Benito, de su hermana, 
la virgen Escolástica y de todos los 
santos sacerdotes renueva en mí Tu Santo Espíritu; 
dame fortaleza en el combate contra las 
tentaciones del maligno, 
paciencia en las tribulaciones de la vida, 
prudencia en los peligros. 

Aumenta en mí el amor a la castidad, 
el deseo de la pobreza, 
el ardor en la obediencia, 
la humilde fidelidad en la observancia de la vida cristiana. 
Confortado por ti y sostenido por el amor de mi prójimo, 
puedo servirte alegre y unirme victorioso 
en la Patria Celestial a todos los santos. 

Por Cristo, Nuestro Señor.

Amén.



Pedidos de Oración


Queridos hermanos:

En el encuentro con Dios, el secreto es la oración.

Para alcanzar la sanación, liberación y triunfo sobre Satanas es necesario orar.

Coloca aquí tus intenciones y con gusto nos uniremos a tus ruegos.

Gloria a Dios

Esta es mi orden: Sé valiente y ten ánimo; no tiembles ni tengas miedo; Yavé tu Dios está contigo adonde quiera que tú vayas”. Jos 1, 9




Oración de petición

Te saludamos con filial afecto, Oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.

Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las acechanzas del demonio, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos 

(Coloca aqui tu intención).

Oh! Padre Eterno, te suplico que destruyas el poder de tus más grandes enemigos: los espíritus malignos. Arrójalos a lo más profundo del infierno y déjalos ahí para siempre. Amén.