Buscar este blog

lunes, 7 de mayo de 2018

Lunes: Hoy oramos por nuestros ancestros y pedimos liberación de nuestras generaciones 

Sanación Intergeneracional - PARA NUESTRA FAMILIA Y TODA SU ASCENDENCIA

La sanación intergeneracional para el cristiano, es una oportunidad de reconocer y llevar la sanación a cosas que influyen en la familia. desde el pasado, con repercusiones para el futuro. La sanación intergeneracional nos sugiere la posibilidad de que actos negativos de nuestros antepasados puedan introducirse, de alguna forma en nuestra “sangre” y paguen por ello las generaciones futuras. Transformar la conexión con estas raíces problemáticas, es lo que se trata en esta sanación intergeneracional. 

Este material es para cristianos maduros en el ministerio de sanación. Cada vez se va reconociendo más que no solo se heredan los rasgos físicos, sino que también hay que incluir los rasgos psicológicos. ¿Cuántas veces oímos que el mal genio o la cabezonería son un rasgo familiar? Por ejemplo, si yo estoy siempre enfadado, mi padre también, y mi abuelo también, ese defecto comenzaría en algún momento. Igualmente la ira, es un origen de desamor no sanado. 

Responsabilidad de rezar por nuestras familias 

Quisiera transcribir lo que el Padre John Hampsch C:M. F escribe sobre este tema en su libro (Sanando tu árbol genealógico.) “Las familias son los bloques que edifican la sociedad; como grupos básicos naturales sociales tienen un lugar muy especial en el plan divino de sanación colectiva. Porque la familia se constituye por la sagrada unión del matrimonio. Las frecuentes bendiciones en el Antiguo Testamento sobre las familias que reverencian a Dios se hacen patentes con signos externos tales como riqueza, categoría social e incluso salud. Pero son mucho más importantes las cosas internas relacionadas con la familia, como la lealtad a Dios y a su ley Así pues cuando una familia procura vivir junta con amor desinteresado, venerando a Dios juntos en alabanza, acción de gracia y confianza, sus miembros estarán contentos y en armonía. Si son negligentes o desobedientes en este terreno, ellos experimentarán el juicio de Dios de forma negativa por la presencia de luchas domésticas, infidelidad, discrepancias maritales, matrimonios rotos, niños recalcitrantes, discusiones, adicciones, conflictos con la familia política etc. Las siguientes generaciones pueden sufrir plenamente el juicio de Dios sobre las acciones del colectivo de una generación anterior. Si las siguientes generaciones eligen por voluntad propia repetir esos patrones de sus padres o antepasados, ellos asumen la responsabilidad no sólo individual sino colectivamente de lo que se había hecho anteriormente. Al desobedecer o rechazar a Dios, no solo se remiten a un hecho personal sino que transforman en un fenómeno transgeneracional. Incluso un miembro de una familia puede ser el instrumento de Dios en la salvación de todos los demás en ese árbol genealógico o en familia. Dios ofreció salvar toda la ciudad de Sodoma si se encontraba en ella diez hombres justos (Génesis 18.32) Noé fue instrumento de salvación para su familia (Génesis 7,1). El Padre Hampsch concluye que el rezar por la sanación del árbol genealógico debe ser motivado por un deseo de prevenir trastornos en nuestros descendientes. 

Consecuencias de los pecados de los padres en los hijos 
según las escrituras 

Incluimos unas breves citas de las Escrituras que hablan de la transmisión de los efectos de los pecados de los padres a sus hijos. Lamentaciones 5,7: “nuestros padres pecaron: ya no existen; y nosotros cargamos con las culpas”. 
Ezequiel 18,2: ” Los padres comieron del agraz, y los dientes de los hijos sufren dentera”. Véanse los veinte primeros versículos de Ezequiel. El 18 para una enseñanza mas profunda en esta área.. El Padre Hampsch sugiere que esta parte de la Escritura es la base de todo proceso de sanación del árbol genealógico”. 
Éxodo 20,6: “Porque yo, Yavhé tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera o cuarta generación de los que me odian.” 

Referencias en las sagradas escrituras sobre la buena influencia de los padres 

Se nos recuerda en estos versículos que tenemos una responsabilidad importante hacia nuestros descendientes para que vivan una vida santa. 
Éxodo 20,6: “Y tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos”-
Salmo 112,1,2: “¡Dichoso el hombre que teme a Yavhé que en sus mandamientos mucho se complace! Fuerte será en la tierra su estirpe, bendita la raza de los hombres rectos.”. 

El inconsciente 

Definición: En psicología el inconsciente se defina, como: “y……todos los determinantes del comportamiento del individuo que no sean de acceso directo a su mente consciente.” ENSEÑANZA DEL PSIQUIATRA SUIZO CAR YUNG (1875-1961) Carl Yung se distinguió por su investigación del inconsciente y creó los términos del inconsciente “personal” y “colectivo”. El inconsciente “personal” está hecho de acontecimientos olvidados y recuerdos desgraciados y reprimidos desde hace mucho tiempo, y el inconsciente “colectivo” está formado por experiencias raciales. Yung mantenía la convicción de que la gente tenía formas profundas e inconscientes para responder ante los hechos que ocurrían en sus vidas. De ello podemos sacar las conclusiones; 
1ª) Lo que ocurre con una persona en esta vida, y cómo responde ante los acontecimientos de la vida, afectará a futuras generaciones. 2ª) Igualmente afectará todo lo que se va acumulando en nuestros inconsciente “personal” a través de experiencias personales de nuestros antepasados en las distintas generaciones de la raza humana. Por ejemplo si una mujer tiene un conflicto y no lo resuelve, entonces probablemente pasará a sus hijos, quienes a su vez pueden pasarlo a los suyos. Desde una perspectiva psicológica se puede ver que hace falta un proceso de sanación que reparará y restablecerá la raíz que ha sido la causa de los daños a generaciones anteriores. Hay una buena cita de la escritura en este contexto que es el Salmo 103."Bendice a Yavhé alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre". Lo que está en el fondo de mi ser no sólo lo que ha ocurrido en mí personalmente, sino lo que ha ocurrido en mi Familia., a través de las generaciones. Cualquier cosa dentro de mí que se niega a bendecir, necesita perdón, sanación, u oración de liberación. 

Conclusión: Nosotros edificamos sobre cimiento, que es Jesucristo. Añadimos conocimientos psicológicos y científicos, historia de la Iglesia, Tradición, experiencia humana y sentido común. Los unimos todos y profundizamos en oración. Entonces descansamos un tiempo y comprobamos cómo nos sentimos. Quizá nos ocurra como a María, que, por su parte guardaba estas cosas y las meditaba en su corazón, (Lucas 2,19). Pues hagamos otro tanto. 


ORACIÓN DE SANACIÓN INTERGENERACIONAL 

Me pongo en presencia de Jesucristo y me someto a su señorío. “Me revisto de las armas de Dios para poder resistir las acechanzas del diablo” (efe. 6,10,11). Me mantengo firme, en pie “ceñida mi cintura con la verdad y revestido de la justicia como coraza…” (Ef. 6,14), “embrazando siempre el escudo de la fe, para poder apagar con él todos los encendidos dardos del maligno” (ef, 6,16). Tomo también “el yelmo de la salvación y la espada del espíritu, que es la palabra de Dios” (ef, 6,17) En nombre de Jesucristo crucificado, muerto y resucitado, yo ato todos los espíritus del aire; la atmósfera, el agua, el fuego, el viento, la tierra, los abismos y el infierno. También ato la influencia de cualquier alma errante o perdida que pueda estar presente, y de cualquier emisario del poder satánico o de cualquier reunión de brujas, brujos o adoradores de satán, que puedan estar presentes de alguna forma prenatural. 

Yo reclamo la Sangre de Jesús en el aire, en la atmósfera, el agua, el fuego, el viento, la tierra y sus frutos que nos rodean; en los abismos y en el infierno. 

En nombre de Jesucristo prohibo a cada adversario que he mencionado que se comuniquen entre sí o que se ayuden entre sí de cualquier manera, y que no hagan ninguna cosa, a menos que se lo ordene en el nombre de Jesús. 

En el nombre de Jesús, sello con su sangre este lugar y a todos los presentes y a toda la familia y amistades de aquellos aquí presentes y a sus hogares y posesiones y fuentes de sustento. (Repetir tres veces). 

En el nombre de Jesucristo prohibo a cualquier espíritu perdido, a brujos, a grupos satánicos o emisarios o a cualquiera de sus asociados, inferiores, o superiores que me hagan daño o se venguen en mí, en mi familia o mis amistades, o causen deterioro o perjudiquen cualquier cosa que poseamos. 

En nombre de Jesucristo y por los méritos de su preciosa sangre rompo, disuelvo cada maldición, embrujo, sello, hechizo, brujería, vínculo, trampa, lazo, ardid, mentira, escollo, obstáculo, decepción, desviación o distracción, influencia o cadena espiritual; también cada enfermedad de nuestro cuerpo, alma, mente, que pueda alcanzarnos, bien en este lugar o a cualquiera de las personas, lugares y cosas antes mencionadas, por cualquier espíritu que se haga presente en nosotros por nuestros propios pecados o equivocaciones. (Repetir tres veces).

Ahora coloco la cruz de Jesucristo entre mi persona y todas las generaciones de mi árbol genealógico y reclamo en nombre de Jesucristo que no haya comunicación directa entre ninguna de estas generaciones. Toda comunicación directa entre estas generaciones se filtrará a través de la preciosa sangre de Jesús. 

María Inmaculada revísteme de la luz, poder y energía de tu fe. Padre, por favor, ordena a los ángeles y a los santos que me asistan. Gracias Jesús, por ser mi sabiduría, mi justicia, mi santificación, mi redención. Yo me rindo al ministerio de tu santo espíritu, y recibo con respeto tu verdadera sanación intergeneracional. 

Gloria al Padre, Gloria al hijo, Gloria al Espíritu Santo como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.Amén. 
Extraido del libro “Sanación intergeneracional” del P. Robert de Grandis, S.J 

Tómalo con calma: La oración puede parecer algo abrumadora y puede sensibilizar algunas áreas dolorosas. 

Tómalo con calma. Relájate y recuerda que Jesús es el arqueólogo. Tu no tienes que cavar. 

El Espíritu Santo sacará a la superficie lo que esté preparado para ser sanado” * * * 

NACIDO PARA SER LIBRE: Señor Jesús, gracias por tu presencia hoy. Se que me amas y que me estás llamando por mi nombre. Viniste a liberar a los cautivos. Gracias por Tu amor y Tu piedad que me liberan constantemente de vínculos y me llenan de Tu vida abundante. Yo te alabo, te bendigo y te adoro. Me pongo bajo tu protección, Señor, y me cubro con Tu Preciosa Sangre y pido a los Ángeles, a los santos y a Tu Madre Bendita que intercedan por mi. “Él te libra del lazo del cazador que busca destruirte; te cubre con sus alas y será su plumaje tu refugio” (Sal. 91, 3 – 4). 

AUNQUE TU ME HAYAS HERIDO: Señor, me sumerjo en un perdón profundo para limpiarme de cualquier raíz de amargura o resentimiento. Centro mi oración ahora sobre la persona que más me ha fastidiado en la última semana. Perdono a esa persona desde lo más profundo de mi corazón y bendigo a esa persona. Absuelvo de toda culpabilidad a cada persona que me haya herido en el último mes. Jesús, porque te amo, digo a esas personas: “Aunque me hayan herido, yo no los voy a herir. Los entrego a Jesús, los perdono, los acepto y los amo tal y como son”. Por un acto de voluntad, perdono a todos aquellos que me han herido desde el principio de este año. Jesús, bendícelos. “Arranquen de raíz entre ustedes los disgustos, los arrebatos, el enojo, los gritos y toda clase de maldad. Por el contrario, muéstrense buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo.” (Ef 4, 31 – 32). 

POR EL QUE MÁS ME HA HERIDO: Señor, ahora te ruego por la persona que más daño me ha hecho en la vida, la que es como el origen de todo mi dolor. Elevo esta persona a Ti, para que reciba Tu bendición. “Sopórtense y perdónense unos a otros, si uno tiene motivo de queja contra otro”. (Col 3, 13) 

YO ME PERDONO: Señor Jesús, te pido la gracia de perdonarme de verdad por mi mayor pecado, por la mayor falta de fe en mi relación contigo. Me perdono por eso, Señor. Tú me has perdonado y ahora recibo de Ti la gracia de perdonarme de verdad. “Que la paz de Cristo reine en sus corazones” (Co 3, 15) 

SEÑOR, TE PIDO PERDÓN POR ELLOS: Señor, me pongo en Tu presencia y te pido por todos aquellos que llevan mi sangre, que no están perfectamente unidos a Ti. Señor, te pido perdón por sus culpas. Me uno a la oración de Daniel cuando intercede por su pueblo y digo: “¡Señor, Dios grande y temible, que aguardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos sido injustos y rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes” (Dn 9, 4 – 5). “... porque nos hemos sublevado contra Yahvé. De Él esperamos solamente el perdón y la misericordia” (vs. 8 – 8). “Ahora, pues, oh Dios nuestro, escucha la plegaria y las súplicas de tu siervo, y, por amor de ti mismo, haz brillar Tu Rostro sobre tu santuario devastado. Dios mío, inclina tus oídos y escucha. Abre tus ojos y mira cómo está arruinada la ciudad sobre la cual ha sido pronunciado tu Nombre. No nos apoyamos en nuestras buenas obras, sino que derramamos nuestras súplicas ante ti, confiados en tu gran misericordia. Señor, escucha; Señor, perdona; Señor, atiende. Obra, Dios mío, no tardes más, por amor de Ti mismo, ya que tu Nombre ha sido invocado sobre tu ciudad y tu pueblo”. (vs. 17 – 19) “Sean constantes en la Oración...” (Col 4, 2) 

JESÚS ES SEÑOR: Señor, ante ti, confieso que mis antepasados han podido estar mezclados en ocultismo, espiritismo, brujería y toda forma de buscar información en fuentes ocultas. Señor, perdona. En nombre de Jesús y con el poder del Espíritu Santo, tomo y uso la autoridad que Tu me has conferido como cristiano lleno del Espíritu. Rompo el poder del mal sobre mis antepasados con esa autoridad; acabo con todas las maldiciones, brujerías, hechizos, malos deseos, vudú, magia negra, secretos hereditarios, conocidos y desconocidos. Deshago todos los votos satánicos, pactos, ataduras y vínculos con fuerzas satánicas, corto la transmisión de esos vínculos a través de mis antepasados. Rompo los efectos de todos los vínculos mentales que haya habido con clarividentes, astrólogos, mediums, videntes ocultos y adivinos. Renuncio a cualquier participación en sesiones de adivinación y cualquier actividad con las cartas del tarot o tabla ouija, astrología y juegos ocultos de todo tipo. Renuncio a todas las formas en que Satanás me puede tener cogido. Rompo con las transmisión de todas las obras satánicas que hayan pasado a través de las generaciones. Señor, por favor, remueve de mis antepasados todos los efectos que hayan podido provocar el estar involucrados en lo oculto. Recupero cualquier territorio que haya sido entregado a Satanás por mis antepasados, y lo coloco bajo el poder de Jesucristo. Señor, por favor, crea en mi familia hombres y mujeres sanos que estén profundamente comprometidos con Tu verdad. “Por eso Dios lo engrandeció y le concedió el Nombre que está sobre tono nombre, para que, ante el Nombre de Jesús, todos se arrodillen en los cielos, en la tierra y entre los muertos. Y toda lengua proclame que Cristo Jesús es El Señor, para gloria de Dios Padre”. (Fil. 2, 9 – 11) 

TOCA, CURA Y HAZNOS NUEVOS: Ahora ruego para que las aguas de mi Bautismo fluyan a través de todas las generaciones pasadas, a través de mi árbol genealógico. Deja que fluya la Sangre de Jesús, que limpia y da vida, a través de cada generación; primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, etc., hasta los primeros tiempos. Deja que la Sangre de Jesús fluya desde la Cruz a través de todos los padres y sus hijos hasta la duodécima generación, tocando y sanando íntegramente. Ahora coloco la Cruz de Jesucristo entre mi persona y cada generación de mis antepasados, y rompo la transferencia de todas las fuerzas opresoras de la vida que obran contra mí, en mí o a través de mí. “... porque ésta es Mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre para el perdón de sus pecados” (Mt. 26, 28) 

INTEGRIDAD EN EL MATRIMONIO: En nombre de Jesucristo rompo todos los patrones de profunda infelicidad matrimonial de mi árbol genealógico. Digo “NO” a toda supresión de la esposa y a todas las expresiones de falta de amor en el matrimonio. Paro todo odio, deseo de muerte, cualquier deseo o intenciones malas en las relaciones matrimoniales. Acabo con toda transmisión de violencia, venganza, rencor, todo comportamiento negativo, toda infidelidad y decepción. Pongo fin a toda transmisión codificada que impide relaciones duraderas. Renuncio a esquemas de tensión familiar, de divorcio y falta de sensibilidad, en el nombre de Jesús; acabo con todos los esquemas que estén profundamente arraigados en ese sentirse atrapado en un matrimonio infeliz y todos los sentimientos de vacío y fracaso. Padre, perdona a mis familiares por todas las formas en que han deshonrado el Sacramento del Matrimonio. Por favor, haz que en toda mi familia haya muchos matrimonios bien avenidos, llenos de amor, fe, fidelidad y cariño. “No apagarán el amor ni lo ahogarán océanos ni ríos” ( Cant. 8, 7) 

SANANDO NIÑOS HERIDOS: Señor, ahora disuelvo todos los esquemas que hirieron a los niños en mi linaje. Voy contra todas las formas hirientes, los abortos, embarazos (interrumpidos) perdidos, embarazos no deseados, bebés que no hayan sido bienvenidos y nacimientos concebidos fuera del matrimonio. Renuncio a todas las formas de no valorar la vida; rechazo todos los hábitos de destrucción, abandono y secuestro, emocional y físico de niños. Digo “no más” a todos los tipos de partos difíciles o problemáticos y de gestaciones anormales. Señor, te pido perdón por todas las formas en que mis antepasados han ocasionado daño a los niños. Te pido, Señor Jesús, que intervengas personalmente, para sanar las heridas y detengas la continuidad de este modelo satánico. Padre, haz que la gente de mi linaje respete y ame a sus hijos y que les eduquen de forma que te honren. Haz que los futuros hijos de mi familia sepan lo que es ser amados profundamente. “Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mi porque el Reino de los Cielos es de los que se asemejan a los niños” (Mt. 19, 14) 

SANACIÓN SEXUAL: De nuevo me pongo ante Ti, Señor, por los pecados de mis antepasados. Ahora pongo fin a todos los caminos profundamente surcados de pecado sexual. Digo “NO” a todas las tendencias de exhibición indecente, violación, fornicación, masturbación, acoso sexual, incesto y perversión. Renuncio a toda bestialidad, masoquismo, sadismo, ninfomanía, lujuria y prostitución en mi familia. Pongo fin a toda agresión sexual, desórdenes de personalidad, traumas sexuales y desviación en el comportamiento. Ordeno a cada demonio que esté enganchado en estos esquemas que se marche ahora, en nombre de Jesús. Tomo la espada del Espíritu Santo para romper esta cadena de vínculos malignos. Padre, perdona y trae salud sexual e integridad donde había enfermedad. Padre, deja que todo mi linaje tenga una sexualidad sana. Deja que cada expresión sexual sea pura y agradable a ti, Señor. Te bendigo, te adoro y te alabo. Gracias por ver Tu Luz, Tu integridad y Tu bendición a través de toda esta área de mi genealogía. “La voluntad de Dios es que se hagan santos... que cada uno sepa buscarse una esposa con santidad y respeto” (1 Tes. 4, 3 –4) 

SALUD MENTAL: Con el poder de la Sangre de Jesús rompo todos los esquemas de enfermedad mental y locura que puedan estar codificados en mi sistema ancestral. Rompo todo comportamiento anormal, antisocial, paranoias, esquizofrenias, patrones pasivos o agresivos, desórdenes de la personalidad y tics nerviosos. Rompo toda la inflexibilidad, perfeccionismo (obsesivo), patrones de comportamiento maníaco – depresivo y rarezas. Interrumpo toda herida y represión de la masculinidad; llevo a fin todas las formas generacionales de opresión y daño al espíritu femenino. Sello los caminos escondidos de autodestrucción que haya habido en mi historia familiar. Señor, llena estas áreas con tu perdón y paz. Padre, imprime en mi linaje la salud mental y la integridad. Haz que cada uno tenga la mente en Cristo. Haz que broten esquemas de mente clara, equilibrio emocional y relaciones sanas. Acaba con todos los modelos profundamente oscuros de pesadez emocional y espiritual, incapacidad de jugar, de divertirse y de expresar alegría. Te pido, Jesús, que entre en mi linaje un espíritu risueño y alegre. Gracias, Señor Jesús. “... transfórmense por la renovación de su mente” ( Ro. 12, 2) 

AMOR SIN TEMOR: Ahora acabo con todas las clases de miedo en mi árbol genealógico. Tomo autoridad sobre todo miedo de rechazo y miedo al fracaso. Digo “NO” a todos los miedos al agua, a los hombres, a las alturas, a los éxitos o a los fracasos, al gentío, a las mujeres, a Dios, a la muerte, a salir del hogar, a lugares cerrados, a espacios abiertos, a hablar públicamente, a viajar en avión y al dolor. Señor, deja que mi familia en todas las generaciones, sepa que no hay temor en el amor. Deja que tu amor perfecto llene toda mi historia familiar y que todo recuerdo de temor desaparezca. Te alabo, te bendigo, Señor. “En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor” (1 Jn. 4, 18) 

SANANDO HÁBITOS INCORREGIBLES: Tomo la espada del Espíritu Santo y corto los efectos de hábitos incorregibles. Pongo fin a todas las formas de adicción al juego, a comprar, a hablar, a la bebida, a la comida y al abuso de fármacos. Rompo todos los moldes de acumular y derrochar recursos y talentos. Me opongo a la mezquindad y al robo. Padre, perdona y libera a mi familia de los vínculos de todos los hábitos incorregibles por Tu piedad, gracia y generosidad. “...Me han enviado... para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación y a los presos su vuelta a la luz” (Is. 6, 1 – 1) 

SANANDO TODAS LAS ENFERMEDADES: Ordeno a todas las clases de enfermedades de mi código genético que dejen de existir. Tomo la espada del Espíritu Santo y corto todos los vínculos de cualquier clase de enfermedad: enfermedades del corazón, enfermedades de la sangre, de los riñones, hígado, páncreas, cáncer y problemas digestivos; enfermedades relacionadas con la comida (anorexia, bulimia, obesidad, peso muy bajo), úlceras y tendencias a formar tumores. Me opongo a todos los tipos de enfermedades de la mujer, problemas menstruales, hormonales, infertilidad y frigidez sexual. Rompo el vínculo de todos los problemas sexuales masculinos, impotencia, problemas de próstata y enfermedades transmitidas. También rompo las deformidades físicas, problemas de oído, inmunodeficiencias, enfermedades raras, ojos delicados, mala dentadura, pies planos. Me opongo a todo tipo de migraña, convulsiones, retraso mental, problemas pulmonares y respiratorios, alergias, artritis, reumatismo, enfermedades de la piel o de los huesos. Renuncio a toda clase de traumas físicos que hayan llegado a mí a través de las generaciones. Corto esa conexión. Extirpo la raíz, causa de todas las enfermedades físicas y debilidades inexplicables. Señor, libérame de los efectos de esos caminos de enfermedad grabados en mis antepasados. Pon fin a su propagación. Padre, perdona a aquellos en mi familia que han elegido la enfermedad para evitar la vida; por las formas con que han afrontado las necesidades de manera insana. Haz que un nuevo modelo de “elegir la vida” fluya como río a través de mi genealogía. Te alabo, Señor. “...Y todos los que lo tocaban quedaban sanados” (Mc. 6, 53) 

DEL CRIMEN A CRISTO: Me enfrento ahora al Maligno por todo el daño hecho por estafadores, explotadores, torturadores, chantajistas y extorsionistas en mi árbol genealógico. Cierro la puerta al daño hecho por toda clase de criminales. Toda corrupción y brutalidad que haya existido a través de mi linaje, tiene que cesar ahora, en el nombre de Jesús. Corto todas las ligaduras de venganza, comportamiento violento y explosivo y todo perjuicio causado con malicia. “... deseamos actuar bien en todo” (Heb. 12, 18) 

AMOR, NO ODIOS: Con el poder del Espíritu Santo pongo fin a todas las respuestas profundamente enraizadas en el odio; odio a otros, odio a uno mismo, odio a Dios, odio racial y fanatismo religioso. Padre, perdona. Haz que mi árbol genealógico esté poblado por hombres y mujeres llenos de amor. Haz que de ellos brote la vida sana y sean donantes de vida y sanadores. “Mi Mandamiento es éste: Ámense unos con tros como Yo los he amado” (Jn. 15, 12) 

UNA MUERTE SUAVE Y DULCE: Ahora intercedo por todas aquellas personas en mi familia que hayan muerto en temprana edad, que no hayan sido amadas, que no hayan tenido funerales adecuados u oraciones, y que no hayan tenido un entierro lleno de amor cristino. También oro por todos aquellos que han tenido muertes terribles, con largas agonías; muertes violentas, envenenados, abaleados, muertos por fuego, por explosiones o apuñalados, ahorcados, ahogados, en acciones de guerra o matados por animales. Pongo ante ti, Señor, a todos mis antepasados que murieron de forma inexplicable y misteriosas, por accidentes o por suicidio. Haz que la transmisión de tendencias a muertes horribles y fuera de lo normal, cesen ahora. Señor, haz que tu amor que sana, que es misericordioso y que perdona, los toque con ternura. Tu, Señor, haz que desde ahora solo tengan una muerte dulce y suave. Haz que experimenten un tránsito cristiano de la vida a la muerte. Padre, haz que nadie en mi familia muera hoy sin conocer personalmente a Nuestro Señor Jesucristo. “El que vive por la fe en Mi, no morirá para siempre” (Jn. 11, 26) 

SEÑOR, HAZNOS UNA FAMILIA UNIDA: Ahora pongo fin a todo tipo de ruptura en mi genealogía. Rompo con autoridad todos los caminos de separación de la familia y de la Religión; pongo una barrera a aquellos, niños, jóvenes, adultos y padres, que intentan abandonar el hogar; me opongo a todos los que se escapan para casarse, o se escapan a la legión (grupos armados, bandas, asociaciones ilegales, etc.) o para unirse a sectas religiosas. Disuelvo todas las raíces de aislamiento, de huidas y fugas. Padre, rodea mi árbol genealógico con Tu corazón que perdona y ama. Codifica en mi familia un modelo de participación en una comunidad sana. Haz que todos estén unidos. Permite que seamos gente abierta y capaz de relacionarnos de forma entrañable. “¡Qué bueno y agradable cuando viven juntos los hermanos!” (Sal. 133, 1) 

JUSTICIA Y MISERICORDIA: Ahora me opongo a todos los esquemas de injusticia en mis antepasados. Sello todos los canales genéticos de depravación, esclavitud, encarcelamiento injusto, represión de cualquier tipo, pobreza, estrechez económica y crimen, con la Sangre de Jesús. Me opongo a todas las clases de injusticia social y política. Renuncio a todos los tipos de rechazo social. Corto todos los vínculos de brutalidad y de rechazo a la gente. Estoy en contra de todo tipo de marginación, gente sin hogar y desamparados. Me opongo a toda clase de sufrimiento por condiciones abrumadoras, climas duros e inviernos crudos. Rompo todos los patrones de hambre y abandono, traición o vergüenza pública. Padre, pon el óleo de tu Espíritu Santo en todos estos modelos de mis antepasados y sana todo recuerdo de dolor. Padre, perdona a toda la gente que les causó daño. Haz que todo mi linaje conozca modelos de justicia, condiciones de vida sana, suficiente comida, suficiente dinero, comida, seguridad y calor. “...lo que el Señor te exige: tan sólo que practiques la justicia, que sepas amar y te portes humildemente con tu Dios” (Mi. 6, 8) 

SIRVIENDO A UN SOLO DIOS: Ahora rechazo las idolatrías de las generaciones. Corto los vínculos que conectan y me atan a esos tipos de idolatría de mis parientes en épocas pasadas. Rechazo los ídolos de mi hogar: joyas, formas de transporte, comida, bebida, títulos, tierras, animales y posesiones de toda clase. Padre, perdona todo esto. Hago una santa elección para mi árbol genealógico: “solo serviremos a un solo Dios, al Dios vivo”. “... digan hoy mismo a quiénes servirán... por mi parte, yo y los míos, serviremos a Yahvé” (Jos. 24, 15) 

EL DOLOR DE SER DIFERENTES: Renuncio a todos los efectos por ser diferente que estén grabados en mi herencia. Tomo la autoridad sobre todos los efectos de color de los ojos, de la piel, del tamaño, del cuerpo y los talentos. Corto la transmisión del sufrimiento por tener diferentes idiomas, cultura, raza, color, por aquellos que han sentido que sus propios padres son feos o raros; corto la ruta del dolor transmitida por defectos visibles de nacimiento, así como también por deformidades y retrasos. Padre, las respuestas a estas y otras diferencias han podido transmitirse a través de generaciones. Por favor, Señor, cesa esta transmisión y perdona a aquellos que causaron el daño. Envía tu amor a través de las generaciones para que las toque y las sane plenamente. Gracias, Jesús. “... me tejiste en el seno de mi madre. Te doy gracias por tantas maravillas que Tú has ejecutado; en efecto, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe” (Sal. 139, 13 – 14) 

SANANDO LA LENGUA: Levanto mi voz para cortar la transmisión de todo problema de comunicación, dificultad para comunicarse, miedo a hablar en público, defectos en el habla y, especialmente, el tartamudeo. Gracias, Señor, por sanar a tu gente. Me opongo a todos los medios de herir a otros verbalmente, la mentira, la calumnia, la injuria, el rumor y el chisme; me opongo a toda blasfemia, maldad y traición por la lengua. Padre, perdona; haz que mis familiares sean gente que comunique la sanación y la santidad. Gracias, Señor. “Anunciaré todo el día tu justicia...” (Sal. 71, 4) 

CORTAR DE RAÍZ: Ahora corto todos los patrones de sufrimiento interminable, incluyendo la necesidad de sufrir y la necesidad de fracasar; rompo todos los caminos de sufrimiento por sentirme inútil, indigno y sin esperanza. Quito todos los patrones repetidos de sentirme descorazonado, sin raíces y de no pertenecer a nadie. Corto todas las raíces de desesperación e indignidad, trauma emocional y parálisis. Digo “NO” a todos los patrones de rechazo, amargura, resentimiento y faltas de perdón. En nombre de Jesucristo renuncio a todos los caminos del mal, negativismo y falta de amor en mis antepasados. Señor, reclamo que quites de mi mente cualquier pensamiento obsesivo y que Tú estés dispuesto a sanar cualquier clase de vergüenza, dolor o pena, a revelar los pecados ancestrales y que Tú digas: Ahora es el momento de liberación”. “Ya llega el hacha a la raíz de los árboles” (Lc. 3, 9) Señor, reclamo que con un soplo de Tu Espíritu envíes perdón a través de todas mis generaciones. Gracias por tocar, sanar y hacerme nuevo, en Tu Nombre, Jesús. Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario